Discursos y manifiestos by Salvador Allende

Discursos y manifiestos by Salvador Allende

autor:Salvador Allende [Allende, Salvador]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Ensayo, Ciencias sociales
editor: ePubLibre
publicado: 1973-09-10T16:00:00+00:00


En el congreso colombiano (30 de agosto de 1971)

Señor presidente del Senado de Colombia, señores parlamentarios, señoras y señores:

Con emocionadas palabras quisiera expresarles lo que representa para mí que el Congreso de Colombia se reúna en ambas cámaras, para darme la oportunidad de levantar mi voz en este recinto, prestigiado ante su patria y ante América.

Aquí, ha habido debates que han estremecido al pueblo y a la conciencia de hombres y mujeres de Colombia. Esta actitud de ustedes, señores parlamentarios, está destinada —lo agradezco aún más—, a honrar a mi patria. Mi pueblo —como lo ha dicho en elocuentes palabras el señor presidente del Senado—, es hermano de Colombia, en el dolor y en la esperanza. Es hermano de Colombia en la iniciación de nuestras vidas. Juntos, continuaremos la gran batalla de los pueblos, por una América distinta, digna y soberana.

Hablar en este Parlamento es recordar al Parlamento de mi patria. Tiene años y años, como el vuestro. Allí estuve veintisiete años; dos como diputado, veinticinco como senador. Sé lo que es actuar en un Congreso, tener la responsabilidad de plantear ideas y principios, defender proyectos, ser hombre de gobierno y ser hombre de oposición. En el debate público taladré mi personalidad, respetando al adversario, pero reclamando el derecho —que nunca se me negó para exponer con claridad mi pensamiento y mis principios.

Desde esta prestigiosa tribuna, expreso mi reconocimiento señor Presidente de la República, por su atenta invitación, que me ha permitido llegar a Colombia. A ustedes, señores congresales, por recibirme en su Parlamento. Al pueblo, que he visto, he sentido, he recibido sus vítores y sus aplausos desde que llegara al aeropuerto y al recorrer las calles desde la embajada de Chile, en Colombia, hasta aquí. A este pueblo, que está congregado en la Plaza, expreso, en nombre de los trabajadores chilenos, mi saludo más emocionado. Llegue a ellos también el saludo del obrero, del campesino, del estudiante, de toda la colmena humana que vive de su esfuerzo y de su trabajo. Cuánto significa para mí, señor presidente, el contenido de sus palabras: se las dictaron el afecto de un colombiano por el pueblo de Chile. Gracias, señor presidente. (Aplausos).

Uso esta tribuna como un combatiente de América Latina (Aplausos). América Latina necesita culminar una etapa que se iniciara en siglo XVIII, cuando en el Perú, Tupac Amaro, levantara la rebelión de los indios y con frases lapidarias marcara una época, al decirles a los suyos: «El patrón no comerá más de tu hambre». (Aplausos).

En el siglo XVIII, Galán y Antonia Santos en Colombia, también lucharon contra los sectores y grupos dirigentes, contra la dominación social y política.

En el fragor heroico del combate, hombres y mujeres de diferentes latitudes, se unieron en el llamado, en el sentimiento, en la voluntad rebelde de independizar nuestras naciones. Los próceres señeros de este continente, como Bolívar, San Martín, Sucre, Morelos y O’Higgins, el padre de mi patria, impulsaron la lucha de nuestros pueblos contra los grupos oligárquicos, que se aliaron a las fuerzas foráneas, y a los capitales extranjeros.



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